La depresión se puede medir con ondas eléctricas cerebrales

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La Real Academia de Medicina premia un estudio español que ha conseguido por primera vez determinar la gravedad y el deterioro cognitivo asociado a esta enfermedad.


15 de enero de 2008


NUEVOS INDICADORES


Los pacientes depresivos sufren un enlentecimiento de sus facultades a la hora de procesar la información.

La depresión afecta directamente a la memoria y a la discriminación visual de los pacientes, hasta tal punto que la severidad de está patología puede medirse registrando la gravedad de dichos síntomas. Ésta es una de las conclusiones del estudio científico Alteraciones neuropsicofisiológicas en el lóbulo occipital en pacientes depresivos, que ha dirigido el médico investigador Juan Coullaut-Valera García y que este martes ha recibido el Premio Doctor Escudero Valverde de la Real Academia Nacional de Medicina.

El trabajo, que fue publicado en la edición de la prestigiosa revista científico médica Actas Españolas de Psiquiatría en su edición de noviembre, ha sido acogido con especial interés por la comunidad médica internacional, especialmente por varias universidades norteamericanas.



Las investigaciones científicas sobre la depresión se han centrado hasta la fecha en el estudio del lóbulo prefrontal y frontal del cerebro. Pero el trabajo hoy premiado se centra en las áreas posteriores del cerebro –el lóbulo occipital– para relacionar la percepción visual con pacientes depresivos.



Además se ha estudiado un total de 40 sujetos con edades comprendidas entre los 30 y los 60 años, de los cuales, 19 eran pacientes depresivos del Instituto Rafael Coullaut de Psiquiatría y, el resto, sujetos control que no sufrían dicha patología mental.



A cada uno de estos pacientes se le ha realizado diferentes mediciones de la actividad eléctrica cerebral generada ante diferentes tipos de estimulación sensorial o psicológica. Para determinar el registro electrofisiológico se ha utilizado como técnica los potenciales evocados, es decir el registro de los cambios en la actividad eléctrica del sistema nervioso que ocurren en respuesta a un estímulo concreto (como por ejemplo un sonido, una voz, un golpe o un movimiento corporal).



Estos fenómenos bioeléctricos se han registrado a través de electrodos situados en la piel o el cuero cabelludo para poder registrar estas ondas. Las investigaciones del doctor Coullaut-Valera García se han centrado principalmente en el potencial evocado de la onda P300 que representa el proceso cognitivo simple o complejo necesario para cualquier toma de decisiones y que, de alguna forma, puede ser activado mediante estímulos simples o tareas muy complejas.



Tiempo de reacción



Tal y como explica el doctor Coullaut-Valera García, "una de las conclusiones que hemos obtenido en el estudio es que el tiempo de reacción del paciente en la tarea de la discriminación visual es el que el que correlaciona de forma más estadísticamente significativa la gravedad de la depresión".



Esto se explica, según el investigador, "porque existe una correlación negativa entre la amplitud de la Onda P300 y la severidad de la depresión, de tal forma que a mayor amplitud P300 menor severidad y viceversa.

Por el contrario, existe un retraso en la latencia de la onda P300, de forma global, tanto en la tarea de discriminación visual como de la tarea de memoria en los pacientes depresivos".



Para el autor del estudio ambas conclusiones ponen de manifiesto que los pacientes depresivos sufren un enlentecimiento de sus facultades a la hora de procesar la información, algo que hasta el momento no se había conseguido demostrar científicamente. "Con esta investigación hemos conseguido probar que cuanto más tarda en responder un paciente depresivo a un estímulo visual, mayor es la severidad en cuanto a la sintomatología de la depresión", asegura este científico.



El Premio es un galardón anual que conlleva el reconocimiento académico a una "investigación de problemas médicos relacionados con la asistencia psiquiátrica e higiene mental" que debe ser presentado por un médico español.



Juan Coullaut-Valera es licenciado en Medicina y Cirugía y en Psicología, además de doctor en Neurociencias por la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.


Casualidad

La casualidad ha querido que Juan Coullaut-Valera haya recibido este premio 50 años después de que su abuelo el psiquiatra Rafael Coullaut Mendigutia fuese nombrado miembro de la Real Academia por la relevancia de sus trabajos en el tratamiento psicofarmacológico de la depresión. Ahora el heredero de esta saga de psiquiatras echa en falta una tercera pata en el abordaje del trastorno.

"Hay dos tratamientos fundamentales de la depresión: la psicoterapia y la farmacología; yo creo que falta el cognitivo, y trabajos como éste lo demuestran". Además del manejo cognitivo, el conocimiento de las ondas eléctricas cerebrales podría cobrar más peso en el tratamiento antidepresivo.

Primero, porque los potenciales evocados son una herramienta más accesible y barata que otras como la PET para analizar la repercusión de las patologías mentales en las diferentes áreas del cerebro. Pero además, la manipulación de estos fenómenos bioeléctricos podría tener implicaciones terapéuticas.

Rafael Coullaut-Valera, hermano de Juan y también psiquiatra, ha iniciado un trabajo en esta línea pionera para estudiar la sincronía de diversas ondas eléctricas cerebrales en pacientes con adicciones, y así poder desarrollar una terapia de estimulación electromagnética transcraneal, una variante de la estimulación profunda neuronal.